¿Es necesario un detector de billetes falsos?
“Yo con tocarlos ya sé si son falsos o no”, “Mirándolos a contraluz puede saberse claramente”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esto al hablar de imitaciones de billetes? Aún hay algunos comerciantes que son reticentes a utilizar un detector de billetes falsos, pues piensan que es sencillo determinar si se trata de una imitación o un billete real.
Hay quien se ayuda de las nuevas tecnologías para crear imitaciones de billetes realmente buenas y similares casi imposibles de detectar con el ojo humano. Es importante que supermercados, tiendas locales, farmacias, estancos y cualquier tipo de comercio que maneje efectivo diariamente estén preparados contra ellas y protejan sus negocios con los dispositivos más innovadores capaces de detectar cualquier tipo de falsificación, incluso aquellas de más calidad y casi imperceptibles.
Contar con uno de estos detectores aporta grandes ventajas a cualquier comercio o administración, además de la detección como tal. Algunas de sus características más destacables son:
- Facilidad de montaje. Al contrario que otros equipos, éste no necesita grandes instalaciones ni disponer de gran espacio. Es sencillo, pues, colocarlo cerca de mostradores o cajas para acceder a él rápidamente sin entorpecer el proceso habitual.
- Manejo sencillo. Es fácil utilizarlos, por lo que no es necesario hacer formación específica o informarse en profundidad para usarlos.
- Aportan tranquilidad al trabajador. La persona que recibe el billete es en parte la responsable de determinar si le están entregando una falsificación o no. Disponer de una herramienta que haga ese trabajo por ella le ayudará a trabajar sin tanta presión ni responsabilidad.
- Aceptan diversas divisas. Algunos detectores son capaces de verificar libras esterlinas además de euros. Sin embargo, no todos cuentan con esta peculiaridad, por lo que es importante informarse en profundidad antes de comprar algún dispositivo.
Precios asequibles. Por lo general, no son dispositivos excesivamente caros y, además, se amortizan rápidamente.
Testados. En el momento en que adquiere un detector de billetes falsos, tiene la certeza de estar confiando en un equipo profesional que garantizará su óptimo funcionamiento en todo momento y que cumple con la normativa correspondiente.
Para poder beneficiarnos de todas estas características es imprescindible confiar en un proveedor de confianza que nos asegure la calidad de todos sus productos y que éste nos asesore correctamente sobre el tipo de detector que mejor nos vaya a funcionar en nuestro caso. Con mayor o menor capacidad, una velocidad de conteo concreta, peso específico o dimensiones son algunos de los aspectos que deberemos tener en cuenta antes de comprar uno de estos dispositivos.
Tipos de detectores de billetes falsos
Si está pensando en mejorar la seguridad de su negocio y adquirir un detector de billetes falsos, debe saber que existen diferentes modelos y dispositivos. Los más comunes son:
- Detector de luz ultravioleta. Se trata quizá de la máquina más tradicional. ¿Cómo funciona? Al insertar el billete, la máquina detecta la imagen que éste contiene y tras un exhaustivo análisis de sus características y detalles, determina si es real o no.
- Detector con sensor ultravioleta y magnético. Reconoce las marcas ultravioleta, el filamento metálico y las tintas magnéticas de los billetes, elementos imprescindibles en los originales. En el momento en que detecta que el billete no cuenta con el componente magnético, realiza un pitido que pone en alerta de la situación.
- Rotulador. Su eficiencia y precio reducido lo hacen el modelo más visto en negocios desde hace años. Este bolígrafo reacciona al almidón de los billetes. Si al pintar sobre el papel salen trazos negros u oscuros, estaremos ante una falsificación; si son amarillos, será auténtico.
En Contashop ponemos a su disposición a nuestros técnicos más especializados que le ayudarán a dar con el detector de billetes falsos perfecto para usted que le ayude a evitar falsificaciones y, por consiguiente, pérdidas económicas significativas.